Obvio. Nadie puede ser tan adorable. Y es que tras su belleza, sus ojitos claros, sus rasgos finos y sus ronroneos, los michis algo tenían que esconder (?).
Según un estudio llevado a cabo por investigadores del Reino Unido, se estableció que “es probable que todos los gatos tengan un elemento de psicopatía”.
El trabajo publicado en Journal of Research in Personality indica que este trastorno le pudo haber resultado útil a los ancestros de los gatitos porque les permitía adquirir importantes recursos como la comida, el territorio y más oportunidades de apareamiento.
Para esta investigación, los autores se centraron en cinco rasgos principales. Así, los científicos midieron la audacia, que se relaciona con la dominancia social y los bajos niveles de miedo.

También analizaron la desinhibición que tiene que ver con los problemas de autocontrol y la maldad que se evidencia a través de la falta de empatía.
Por último, los encargados del estudio también se enfocaron en la antipatía de los gatos hacia otras mascotas pero también hacia el ser humano.
El trabajo se llevó a cabo con más de dos mil dueños de gatos domésticos que debieron responder una encuesta de 46 preguntas.
“Los hallazgos proporcionan una visión de la estructura de psicopatía triárquica en los gatos”, señala la conclusión del estudio, que hace referencia al modelo triárquico, que define la psicopatía como un trastorno que se compone de la audacia, la mezquindad y la deshinibición.
¿Y ahora qué? ¿Los seguimos queriendo o no?