En la casa de los chilenos el pan es casi sagrado y nunca puede faltar. Pero en más de una ocasión puede que por comprar en grandes cantidades veas que comienzan a aparecer hongos en su superficie.
Estas manchas de colores grisáceos, verdosos o blancos, parientes de los champiñones, son una señal inequívoca de que los alimentos comenzaron con su proceso de descomposición.
Son diferentes las variedades de hongos que crecen en el pan, se puede tratar de los tipos Mucros, Aspergillus o Penicillum y, dependiendo de su clasificación, se definirán las características de las manchas de color.
¿Qué pasa si como pan con hongos?
Si bien, algunos hongos son seguros para el consumo humano, no todos tendrán los mismos efectos en el cuerpo y ciertas variedades serían un riesgo para la salud.
Como es muy difícil identificar a simple vista los microorganismos que están creciendo en el alimento, es que se recomienda no comer el pan al que le hayan salido hongos.
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A diferencia de lo que ocurre con el queso, acá no hay una posibilidad de cortar un trozo para rescatar el producto, ya que sus microscópicas raíces alcanzarán inevitablemente las profundidades del pan.
Algunas variedades de hongos producen micotoxinas, sustancias tóxicas para el organismo que en grandes cantidades podrían enfermarte del estómago.
También deberías evaluar descartar los panes que hayan estado guardados en la misma bolsa, puesto que los hongos se esparcen rápidamente por esporas.
De hecho, desde Healthline añaden que también está contraindicado olerlos, pues arriesgas inhalar las esporas, lo que podría resultar en problemas respiratorios como asma o incluso graves reacciones alérgicas.
Si te dieran a elegir entre ser pobre pero feliz o ser millonario pero infeliz ¿Qué alternativa elegirías? Quizás esta info te oriente un poco en tu respuesta, ya que un reciente estudio publicado en la revista científica “Proceedings of the National Academy of Sciences” llegó a la conclusión de que las personas aumentan sus niveles de felicidad a medida que reciben un sueldo anual más grande, esto, según los datos recopilados por los investigadores estadounidenses Daniel Kahneman y Matthew Killingsworth.
A pesar a ello, la alegría de la gente no crece de manera indefinida, sino que se estanca una vez que sus ingresos monetarios llegan a los 75.000 dólares anuales, es decir, cerca de 60.198.750 pesos chilenos. Esta fue la teoría que trabajó el economista y psicólogo Kahneman el año 2010 a través de una investigación que fue refutada por Killingsworth en 2021. El profesor de la Universidad de Pensilvania señaló que el bienestar de las personas podía seguir aumentando pasando las barrera de los 200.000 dólares al año ($160.530.000), resultados muy diferentes a lo indicado con anterioridad, por los que ambos investigadores decidieron colaborar y poner a prueba sus puntos de vista en el “Income and emotional well-being: A conflict resolved”
Los expertos se dedicaron a medir la felicidad de 33.391 adultos residentes en EE.UU de entre 18 y 65 años con ingresos familiares mayores a 10.000 dólares anuales, a quienes se le pidió registrar en una aplicación desarrollada por los autores del estudio sus sentimientos en momentos aleatorios del día. De este modo, se descubrió que la felicidad sigue aumentando incluso en en aquellas personas pertenecientes a los altos rangos de ingreso, mientras que hay otros individuos infelices que disminuyen su “sufrimiento” al sobrepasar los 100.000 dólares al año, pero su bienestar no crece demasiado. Aun así, los niveles de alegría no aumentan en aquellos que gozan de una buena situación económica pero son infelices por diversos factores físicos o psicológicos.
¿Existirá algún chileno al que no le gusten las sopaipillas? La verdad, es difícil pensar en esa posibilidad, ya que esta preparación es una de las más clásicas dentro de la cultura chilena y la cual tiene una sencilla preparación que no hace más que atraparte con su rico sabor. (más…)
Sentir hambre es una señal normal y en la que deberías confiar, pero en algunas ocasiones esta sensación se desencadena a pesar de que recién comiste un buen almuerzo.
Según ciertos estudios científicos, mascar chile podría ayudar a regular las señales de hambre que produce tu cuerpo.
¿Mascar chicle quita el apetito?
Por un lado, investigaciones descubrieron que en algunas personas, este hábito podría ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, pero sus resultados no son concluyentes.
Estos indican que el simple hecho de masticar podría regular la producción de cortisol, hormona responsable del estrés, pero que también aumenta tu apetito y tu motivación por comer.
Otra publicación concluyó que solamente con mascar chicle durante 45 minutos se podría disminuir el hambre y los antojos. Los investigadores señalaron que esta podría ser una estrategia barata y sencilla para quienes desean manejar su peso.
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El hecho de masticar chicles permite aumentar una proteína que está directamente relacionada con el glucagón GLP-1, reveló el trabajo. Esta es una hormona producida por el páncreas que ayuda a controlar la glucosa y permite sentirte saciado después de comer.
Considerando lo anterior, esta publicación sugiere que solo mascando chicle podrías «engañar» a tu organismo para sentirse satisfecho.
¿Puede ser malo comer chicle?
Este hábito podría dañar tu cuerpo en dolorosas maneras. Si bien, como cualquier producto azucarado, los chicles podrían arruinar tu dentadura, este caramelo también podría producir graves daños estructurales.
Para los dentistas, masticar chicle es un hábito parafuncional, porque cuando lo haces no estás mascando para ayudar a tu organismo a deglutir comida, sino que masticas solo por masticar.
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«Los hábitos parafuncionales, como mascar chicle, pueden provocar trastornos temporomandibulares o empeorar los ya existentes», explicó a Clínica Cleveland la dentista Karyn Kahn.
Estos trastornos pueden dañar músculos, dientes, provocar desbalances y desalineamiento mandibular, el que se puede manifestar con dolorosos síntomas como:
Chasquidos o crujidos de una o ambas articulaciones temporomandibulares.
Dolor de cabeza.
Dolor de mandíbula.
Fracturas dentales.
Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas.
Consulte siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.